domingo, 13 de enero de 2008

Redacción: "Los sueños"

Antes de irme a dormir, dejo una redacción que hice hace unas cuantas semanas para un taller de redacción. Quien quiera leer una parrafada, que se prepare, pero creo que está bien (como para no pensarlo yo mismo :P).
No voy a suprimir nada, para que veáis la redacción al completo

El sueño

Antes de comenzar, me gustaría dedicar esta redacción y su valor, por poco que sea, a mi compañera y amiga Marta Gámez, por ser tan sincera, darme la idea del tema principal de este escrito y por hacerme plantearme muchas de las preguntas que aquí expongo.

¿Qué es un sueño? ¿Por qué nos fascina al ser humano? Bueno, eso son dos preguntas que muchos hombres y mujeres se hacen. Los científicos afirman tener la respuesta, y no es excesivamente difícil buscar en una enciclopedia (En la mismísima Wikipedia, la enciclopedia libre) la palabra “Sueño” o “Soñar”.

“En la fase REM...” “Ondas de frecuencia...” se puede leer... Todo esto está muy bien, claro. Es escribir en lenguaje científico, que eso nunca falta. Siglas, palabras en inglés, en griego,... Así que de poco sirve escribir sobre el sueño. Aún así, un chico de 14 años está aquí, una noche en la que irónicamente comienza a entrarle sueño, intentando plasmar sobre un papel (o un ordenador) sus sentimientos... sus pensamientos sobre algo que, como buen ser humano, le inquieta, le extraña, e inexorablemente le lleva a la atracción.

Todos recordamos un sueño de cuando éramos pequeños. En una época en la que no cesamos de adquirir información simple y nueva, es necesario ordenarla. ¿Cómo? Está claro: Con sueños. En muchos casos absurdos, los sueños suelen repetirse, y con esta edad no vamos a tener excepciones. Al menos, yo tengo un sueño del que claramente me acuerdo. Como ya he dicho, totalmente absurdo pero no por ello menos aterrador.

Todo comenzaba llegando yo a una especie de internado. Llegaba en un Ferrari (dato que con seguridad mi mente ordenaba en ese momento). Enseguida llegaba a mi mente, o a mi corazón, una honda tristeza. Esa emoción la recuerdo claramente, se sigue produciendo en mí al pensar en aquel sueño. En ese momento levantaba la cabeza, contemplaba el inmenso edificio con aspecto antiguo, y al instante, sin saber cómo ni por qué, aparecía a la entrada de un laberinto, excavado en la tierra. Recuerdo las estalagmitas, las estalactitas; y el profesor, que no sé por qué lo recuerdo con aspecto humano pero lo asocio con un pingüino.

Sin palabras, el profesor me convencía de mi deber de entrar al laberinto. Creo que iba a por mi hermano, a salvarlo – no lo sé. El caso es que sabía que había de entrar, algo dentro de mí me llevaba a hacerlo, y tenía seguridad de que, en caso de que sobreviviese, el profesor seguiría estando ahí, listo para llevarme de regreso.

De nuevo... recuerdo un salto temporal... Aparecía de repente en uno de los interminables pasillos del laberinto y llegaba a una apertura. Allí estaba esperando un lobo. Yo sabía que si aullaba, moriría; no sé por qué. Quizás era que estaba lleno de tristeza... quizá tenía esa propiedad: matar con sólo aullar (¿Qué hace un crío de 4 años soñando con enormes hombres-lobo que matan?)

Sin hacer el más mínimo ruido, haciendo acopio de fuerzas, agarrándome a una tremenda madurez la cual no poseía fuera de los sueños a aquella edad, daba la vuelta y comenzaba a andar rápidamente, a intentar escapar de aquel horror. Volvía a los infinitos pasillos, a los corredores sin fin... hasta llegar, tras otro salto inter-temporal, a otra explanada. Esta vez no me encontré con un lobo, si no con algo más aterrador...

Diez bailarines, vestidos con trajes fosforitos, de los colores y formas más variopintos, estaban allí. Y no era su voz lo que esta vez amenazaba con matarme, como sucedía con el aullido del lobo, sino... su baile. Enseguida supe que si les veía bailar, bailarían lo que yo llamaría luego, al relatarlo a mis amigos, la “danza mortal”.

A pesar de que más tarde, al pensar en ello, me darían ataques de risa, en ese momento sólo pensé en escapar. Pero enseguida una idea cruzó mi mente: Provocar que el lobo y los bailarines se crucen, y así hacer que todos, al escuchar unos el aullido o al ver el otro el baile, cayesen en sus propias trampas.

Poniendo mi plan en marcha, llamé a los bailarines e, intentando no mirarles, comencé a volver sobre mis pasos para llegar a por el lobo. La canción de Britney Spears, aquella que le catapultó a la fama, comenzó a sonar, y entendí que los bailarines habían comenzado su danza. (Gracias a Dios, pude luego ver claro el por qué de los bailarines)

De pronto, me vi acorralado. Detrás mía estaban los bailarines, tratando por todos los medios que les viese bailar, y delante la apertura a la otra explanada, donde estaba el lobo. Corrí hacia allí, sin saber qué hacer, con los ojos fuertemente cerrados y las orejas tapadas con manos, haciendo tanta presión que hasta podía sentir dolor. Sin ver, supe que había dejado atrás el pasillo laberíntico y me acercaba al lobo. Me encontraba entre la espada y la pared, deseando con todas mis fuerzas que fuese el lobo el primero que los viese bailar, y los bailarines los primeros que oyesen el aullido, antes de mí.

Corría y corría, y de repente me choqué con algo duro. Quizá era el lobo, o quizá otra cosa.

De repente... Todo daba vueltas, y se quedaba ahí... Hora de despertarse e irse al colegio. Yo, no menos que fastidiado por no conocer el desenlace, me sorprendía, todas aquellas veces que soñé lo mismo, con las manos ejerciendo fuerza en los oídos, y todavía con la piel de gallina.

Ese es el que más recuerdo, sin duda. También recuerdo con claridad otros, recientes, como aquél en el que yo estaba en una presa de agua, seca, en un mundo desolado y en el que una compañera mía había salido elegida como presidenta del gobierno, o también antiguos, como aquel otro en el que un leopardo entraba en mi residencial y yo no tenía más remedio que salir volando (literalmente) – una sensación deliciosa la de volar, por cierto –.

Pero aquí me surge una duda, planteada por cierta amiga mía; ¿por qué somos capaces de recordar con tanta claridad unos, y otros se nos olvidan enseguida? Bien conocidos son los típicos sueños en los que uno vuela, o en los que uno está desnudo sin capacidad de vestirse. “¿Por qué?” Sería la pregunta...

Bueno... hay teorías para todo. Ya he comentado la facilidad de los científicos para definirlo todo, con lenguaje científico, incomprensible para el resto. Así, como yo tampoco lo entiendo, trataré de darle mi propia explicación, coincida o no con la que los científicos dan, basándome en el ejemplo de sueño que tuve, y cuyos detalles son totalmente ciertos, los he soñado.

Muy pronto salta a la vista que aparecen muchos tipos de sentidos. Vi un orfanato, experimenté una sensación de terror, supe definir las formaciones calíferas de las estalactitas y las estalagmitas, noté la humedad y la identifiqué con la de una cueva o un subterráneo, escuché la canción de Britney Spears y observé a los bailarines que aparecían en su videoclip, sentí madurez,...

Así, lo que puede suceder en un sueño no se limita a cosas vistas, sino oídas, sentidas, y a todo lo que a un ser humano le puede suceder o pueda experimentar.

Pero... ¿cuál es la relación general del anuncio con nuestra vida? Bueno, la respuesta a esta pegunta responde automáticamente a la de la razón por la que recordamos unos sueños y otros se nos olvidan.

Creo que un sueño siempre es una forma que tiene el cerebro de identificar los sentimientos, las sensaciones... con una experiencia real. No es lo mismo que te hablen de un juego a participar en él, como tampoco lo es que te hablen de un cuadro a verlo tú con tus propios ojos.

Es decir, como seres humanos que somos, tenemos la capacidad de responder y solucionar nuestras necesidades. Cuando a mí me hablen de alguna experiencia horrorosa, tenebrosa, no tendré más remedio que acudir a este sueño, inconscientemente o no. Experimenté, como ya he comentado, el miedo. Lo sentí, a través de una situación que yo mismo había creado con habilidad.

También, al pensar en un orfanato, tendré que pensar irrevocablemente en un edificio antiguo, con aquellas rejas que pude ver, y lleno de aquella tristeza a la que conlleva que los mismos padres de una persona no vivan. Doloroso.

Es decir, que un sueño no se queda en una forma que tiene el cerebro de “entretenerse” mientras dormimos. Es una forma de archivar las experiencias, para tenerlas a mano siempre que queramos.

Claro, que el significado de “sueño” conlleva a otro. Los otros sueños, los que uno tiene. Los deseos.

Creo que no dejan de ser lo mismo. Igual que se necesitan los sueños creados al dormir para identificar la información con la experiencia, los otros sirven para identificar el trabajo con la recompensa. “Si trabajo más, tendré más dinero”. Ahí es fácil de localizar ambos elementos, determinados por condición y condicionado.

Pero surge de nuevo otra situación “Quiero la paz en el mundo” ¿Qué trabajo tiene? La recompensa es clara, pero... ¿la condición? ¿Cómo se logra?

Creo que por eso son tan difíciles esos grandes sueños. A la anterior pregunta no la responderé, entre otras cosas porque no tengo la capacidad, creo que es una de las grandes preguntas humanas – y cristianas –, cómo conseguir grandes cosas para muchas personas con lo pequeños que resultamos frente a las estadísticas, los “por cientos”.

Pero lo que sí tengo claro, muy claro, es que los sueños no son realidades sin utilidad. Ni unos, ni otros. El primer tipo creo que es menos complejo, y el segundo definitivamente muy complejo, a pesar de haber dedicado más espacio al primero que al segundo. Pero, como he expuesto, los primeros son imprescindibles para comprender y asimilar el mundo que nos rodea y establecer la relación significante-significado.

Y los segundos son, si cabe, todavía más imprescindibles que los anteriores. Porque no son la relación de un significante con un significado real. Es lo real en sí, lo que nos da el significado a nosotros los cristianos, o a los humanos, simplemente; lo que nos hace avanzar, lo que siempre estará unido a nosotros y sin lo cual no seríamos lo que somos, unos soñadores, y nos haría perder la conciencia, las fuerzas para seguir adelante; porque nadie trabaja sin tener un objetivo, porque nadie se esfuerza sin buscar una recompensa, porque a todo el mundo, sea blando, duro o lo que sea le sienta bien una sonrisa después de su esfuerzo. Éste, creo, es el “trabajo”, la condición que he mencionado anteriormente, de la que concluyo:

Igual que en “Si trabajo, tendré más dinero” el trabajo es la condición y el dinero la recompensa, en “Quiero la paz en el mundo, la felicidad de los que me rodean” la recompensa es lo mencionado, el sueño en sí, y el trabajo los detalles, los pequeños sueños. Irónico, ¿no?



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¿Qué os ha parecido? Agradecería a los menos perezosos que me escribiesen un comentario. Los perezosos... ya sé cómo sois(somos), pero hacer esfuerzos de vez en cuando nunca viene mal... :P

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Te lo has currado un rato, eh? xD
Sigue escribiendo mas y me entretienes!

Anónimo dijo...

HoOla... veo que salgo, como en la redacción ¬¬ Marta Gámez... ¬¬ yooo? aaaish!! hoy he escriiito algo... luego ya te lo enseñaré si me da x ahiii... qué más te diigo gran personaaa?? que cooomo no me deje publicar un comentaaario me lo cargo!! ¬¬ en seeerio... bueeeno, siento lo del "adios" de antes... a veces... no se lo que me pasa =S lo siento, de verdad... en fin, pues eeso... un abrazooo muy, muy, muy fuertee!!! tequierO!!

Atzura~*

P.D.: No te olviides nunca de miii, ok? ^^

Anónimo dijo...

Y a Rafa no lo sacas?
Yo recuerdo k esta en la original... No kieres problemas cn la autoridad, eh? JAJA canalla

Anónimo dijo...

sueños?extraños??que vaaa...todos somos raros...pero a nuestra manera...la tuya es genial,lo he visto en tus ojos (ya te lo he dicho)...me va a gustar esta relacion...de amistad-literatura-CINE-musica...llamalo x.Pero esta empezando a resultar interesante (jejeje)...cuidate niño y a escribir que tenemos algo pendiente!!:) ... besitos y no me ganes a ser pesimista ok?
P.D.T: oyeee...lo de los bailarines es buenisimoo...que te iba ha hacer un doble mortal o algo así???jajaja...genial tio...yeahhhh...
mariposa