miércoles, 27 de febrero de 2008

Con respecto a "El Templo Rojo"

Al final, he decidido no publicar, al menos por ahora, mi cuento de "El Templo Rojo". He tomado esta decisión recordando las bases del concurso del colegio Jose Manuel Álvarez Gil, que implicaba que el cuento fuese inédito. Desde luego que lo es, lo he escrito completamente yo solo, sin basarme en nada salvo en mi imaginación; pero por miedo a represalias, o a que tenga que dar explicaciones de por qué mi obra supuestamente inédita ya está publicada en internet, he decidido no colgar "El Templo Rojo" en mi blog por si acaso.
Pido perdón por si a alguien le hubiese gustado leerlo; aún así, el que lo quiera que me ponga un comentario en esta misma entrada.
Nada más
¡Un saludo!

domingo, 24 de febrero de 2008

LÿRïCS & FëëLïNGS Nö 'Tá MüëRTö

Pido disculpas a todo aquel que se suela pasar por el blog, de forma más o menos usual, si es que hay alguno de esos a parte de mí :P. Hace tiempo que actualizo, he pasado unas cuantas situaciones y emociones fuertes, y no caí en actualizar el blog.
Pero aquí estoy otra vez, preparado para actualizar y colocar el último de mis relatos, el que he hecho para un concurso de cuentos.
Nada más, he escrito esto en una entrada distinta porque lo veo importante. Así, no creo que mi siguiente entrada necesite introducción. Sólo decir que para no hacer el cuento demasiado pesado, voy a ir actualizando por capítulos, y que así no sea el blog demasiado monótono [Y gano unas cuantas entradas :P]. La extensión de los capítulos es mu' variable.
Ahora sí que sí, nada más, un saludo.

domingo, 3 de febrero de 2008

Recuerdos 1

Hassack salió de su casa, para atravesar el poblado en una dirección que conocía bien. Dejó a su hermano pequeño en su casa con unos amigos y fue a despedirse.
Kira no estaba en la puerta de su casa, así que Hassack la rodeó esperando encontrarla en su patio trasero. Allí la encontró, con la vista fija en un punto muerto, quizá contemplando el horizonte, quizá pensando en lo que se avecinaba. Hassack avanzó decidido hacia ella.
-Suponía que estarías aquí - fue la única y estúpida afirmación que se le ocurrió decir.
La otra, ensimismada en sus propios pensamientos, simplemente sonrió, pero enseguida percibió la actitud de su amigo, y supo a qué venía. Así, volvió a adoptar su comportamiento de "no pasa nada", y sonrió de nuevo, pero esta vez en otro plan, como si nada pasase.
-Sabes a qué vengo - volvió a hacerse el estúpido su amigo.
Aún así, la otra no hizo ningún comentario. Hassack, movido por un impulso, se sentó a su lado. Ni siquiera dejaron un mísero minuto de silencio; sino todo lo contrario, en poco tiempo ambos estaban enzarzados en una conversación sin sentido, a primera vista, pero llena de sentimientos. La chica comentó algo sobre las carreras del Lago, e incluso comentó algo de un chico que le interesaba. Hassack asentía, comentaba, opinaba, y sonreía para sus adentros mientras ponía toda su atención a lo que su amiga le contaba, dándose cuenta de que mantenían una conversación que hacía mucho tiempo que tenían.
Pero no era a eso a lo que había ido, pensó. Aprovechó un mínimo momento de distracción de su amiga y soltó por todo lo alto:
-No quiero que te vayas.
Su amiga la miró entre enternecida y comprensiva, y no pudo evitar que explotase:
-¿Sabes? Hace mucho tiempo tuvimos una conversación tu y yo, por carta. Recuerdo todo lo que dijimos, esperando que tu partida fuese en verano y, sin embargo, aún no han florecido los árboles. Aún así, no he olvidado todo aquello que te dije, que me dijiste. No querías acabar mal con nadie, fue una de tus frases. Que te faltaba tiempo, fue otra... Pues bien, me gustaría decirte que has sido, y eres, de las personas que más aprecio en el mundo. Sabes que siempre me tendrás aquí, a pesar de la distancia que habrá en ciertos momentos. Y que sepas que todos los días que estés aquí, con nosotros, aprovecharé al máximo el tiempo que esté contigo.
>>Porque estar con semejante gran persona es un privilegio, que lo sepas. Te quiero, simplemente. Por como eres, por lo que has hecho por mí, por cada momento que me has hecho sentirme querido. Por ti, por mí, por todo.
Kira no dijo nada. Miró a su amigo con infinita ternura, y se fundieron en un cálido abrazo. A Hassack no le hizo falta si quiera contemplar el rostro de su amiga para saber que incluso estaba llorando.
Así, tampoco a él le importó que las lágrimas bajasen de sus ojos y surcasen sus mejillas.