Hay veces que sí que entiendo la ideología política coservadora, como mecanismo (¿in?)evitable de la conciencia humana, siendo esto aplicable a situaciones, personas y sentimientos. Y es que la persona siempre tiende a mantener lo que tiene antes que a dar el paso y cambiarlo, por mucho que sepa que lo nuevo puede reportarle muchos beneficios.
Esto implica lo difícil que es saberse en mitad de una decisión, sin saberse si mantenerse igual o lanzarse de cabeza a una piscina a la que, aunque se sabe que el agua está más caliente que la temperatura ambiente exterior, siempre cuesta lanzarse.
Eso sí, sólo hay dos problemas más terribles que el haber tomado ya la dolorosa decisión: Primero, que uno conscientemente sepa que el cambio es mejor, pero no quiera darse cuenta de la realidad. Dos, que hayan sido los acontecimientos los que te han empujado a actuar así, y que ya tomada la decisión, siga pareciendo la mejor opción, pero no la única buena.
1 comentario:
Primen! Jaja, muy pro Alvaro, me encanta, soy Juancho por cierto.
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